Me encontraba descansando en el escritorio, con los pies sobre este mismo, y con un cuaderno en la cabeza, pasaba el tiempo, y seguía muy tranquila, desde hacia tiempo que no salia de mi despacho, por el trabajo que tenia, pero no era tan importante el salir, prefería mantenerme en el despacho, a salir a la aldea, aun me preocupaba que Taka llegara a la aldea, si eso pasaba, tendría que aniquilarlos por el bien de la aldea, aunque había sido la líder de esa organización, me fui de ella, y todo vinculo con ella se destruyo, así que no pensaría dos veces en atacar. El día pasaba y se ocultaba el sol, lo único que hice al notar que no había tanta luz, fue quitarme el cuaderno, y voltear a uno de los sillones que estaban cerca, ahí estaba el, un pequeño niño de Konohagakure, Reiken, uno de mis anbus subordinados, y mas leales que cualquiera que hubiera conocido, desde Taka me ah servido, se veía muy tranquilo durmiendo, por lo que me levante, y salí del despacho, sin hacer ruido, no lo quería despertar, merecía descansar, después de ayudarme y estar conmigo toda la noche.
Había sentido el momento en que la Kazekage se levanto, por lo que desperté, y vi que salia del despacho, algo preocupado, tome mi mascara Anbu, una mascara con la forma de un dragón, y me la puse en el rostro, al mismo tiempo que me ponía la katana en la espalda, y salia del despacho, siguiéndola cautelosamente, hasta que veo que se dirigía a las puertas de la aldea, al ver eso, no me quedo duda, saldría de la aldea, pero... ¿Porque? ella no hacia eso tan fácil, pero no importaba, mi deber era protegerla a toda costa, así que me fui de techo en techo, siguiéndola y adelantándome, para interceptarla en la puerta.